Recomendamos
Prólogo de Andrés Sánchez Robayna. Traducción de Rosa Lentini y Eugen Dordescu, Igitur, Tarragona, 2012
«Festín fúnebre»
Jaime Siles en ABC
«Las variaciones sobre un mismo tema tan frecuentes en música no lo son menos en pintura y en poesía, donde tienen una similar pero distinta manifestación: en la primera configuran series; en la segunda, insistencias que articulan la unidad de una obsesión. Para los simbolistas, el carácter orgánico del libro era lo que garantizaba su estructura y determinaba hasta su misma sucesión formal. El poeta rumano Eugen Dorcescu (Timisoara, 1942) sigue este principio, aunque solo en parte. En Poemas del viejo la repetición es una necesidad, un requisito exigido por su continuo asedio al misterio, rasgo que define su idea del poema y reivindica la trascendencia entendida como un componente de la realidad».
Un centro fugitivo, Antología poética. Álvaro Valverde (1985-2010)
Edición de Jordi Doce, Isla de sisotolá, Sevilla, 2012
«Álvaro Valverde. Hagamos de este lugar un territorio»
Pablo Luque Pinilla en Suma Cultural
«Un centro fugitivo es la primera antología que aparece de la obra poética de Álvaro Valverde (Plasencia, 1959), también conocido por su labor como articulista y narrador. Un libro publicado por la sevillana La Isla de Sistolá para una poesía que estaba reclamando una recopilación así desde hace tiempo».
Nostalgia y otros poemas, Walter Cassara
Huesos de Jibia, 2012
Tom Maver en Papeles Blancos
«Quince años de poesía en un libro. Yo, con apenas veinticinco de vida, no puedo ni imaginarme lo que significa querer preparar una antología. Digo, cuando Walter escribía Solar del extranjero, yo estaba terminando la primaria. Por eso la pregunta de qué se sentirá enfrentarse a tantos poemas escritos años atrás por uno mismo o por quien uno fue en aquel entonces, para mí es importante. Y sobre todo cuando en los poemas reunidos, Holderlin mira hacia atrás sin que las palabras le revelen nada, a Mandelstam le preguntan por el tiempo y la historia, desfilan todas las figuras mitológicas, Caliban se retuerce, los poetas de la época platónica se encuentran lejos del lenguaje, un ciclista pasea sus inquietudes…».
Un plural infinito, Anotología poética. Rafael Pérez Estrada
Edición de Jesús Aguado, Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2011
«Con los pies en el cielo»
Ángel L. Prieto de Paula en Babelia
«Poesía. En Rafael Pérez Estrada (Málaga, 1934-2000) se cumplen ciertas condiciones que lo tornan invisible más allá del círculo de sus adeptos. A saber, llegó a la literatura cuando algunos coetáneos ocupaban ya las primeras filas, y tardó en encontrar su voz propia, lo que lo hace dos veces rezagado; está a horcajadas entre géneros, a cuyos códigos, convenciones y fronteras no se atiene; y se presentó a sí mismo en el ágora como un diletante que mariposeaba entre la literatura y otras labores (fue un excelente dibujante), con los pies en el cielo y la cabeza en sus bestiarios, heráldicas, lapidarios o angelologías, desentendido del escalafón. No extraña entonces que, al igual que los toreros de toreros, sea un autor de culto (léase sin lectores del común, ausencia que no resulta contrapesada por los elogios de sus colegas, únicos pretendidamente capaces de justipreciar su arte)».
Nostalgia armada, Olga Bernad
Isla de sistolá, 2011
«Al fondo del salón: “Nostalgia armada”, de Olga Bernad»
Álex Chico en Revista de Letras
«La poesía es, casi siempre, un ejercicio clandestino. Nace así, apenas sin esperarla. Que venga o no para quedarse depende del tiempo o, más bien, de la necesidad. Esa misma necesidad que distingue a un escritor esencial de un escribidor prescindible. No se trata de hacer una simple división maniquea, sino de llegar a tiempo, de alcanzar ciertos libros que merecen ser leídos y reflexionados. Libros que son, por ello, necesarios. Poco importa ya que esos nombres perduren. Ciertos poetas hoy olvidados siguen ahí, resisten, forman parte de nosotros. Poco importa, digo, que entren en los cánones oficiales o en los aviesos circuitos comerciales. Escritores que, pretendiéndolo o no, han engrosado la dilatada historia de la literatura universal».
Río paisano, Luis Felipe de Peñalosa
Númenor, 2011
«Río Paisano»
Enrique García-Máiquez en Ambos Mundos
la que saque a la luz póstumamente el poemario inédito de uno de los grandes poetas mexicanos de la segunda mitad del siglo XX. Hablamos de Joaquín Antonio Peñalosa (San Luis Potosí, 1921-1999), y de su libro Río paisano. Sin desmerecer ni un ápice a los “Cuadernos de poesía Númenor”, hay que reconocer que el hecho en sí es un síntoma de la sordera para la buena poesía en ambas orillas cuando esta no viene anunciada por cierto bombo heterodoxo y extraliterario. La comparación con el nicaragüense Ernesto Cardenal, flamante candidato eterno al Príncipe de Asturias, es odiosa; y no quitamos mérito a Epigramas de Cardenal, ojo, sino que no se lo vemos menor (¡ni mucho menos!) a Peñalosa, quizá más poeta, igual de sacerdote, pero menos mediático. El caso del sacerdote chileno José Miguel Ibáñez Langlois, prácticamente desconocido entre nosotros, es similar».